Pedido de: V_LA_PATRO

Personajes:

❤️️: TDL (The Dark Lord)

🤍: Victim

Aclaraciones: Nose que hice...

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Capitulo 1: El encuentro

Yo soy TDL, el señor de la oscuridad. He creado a los virabots, unas criaturas con forma de virus que pueden borrar cualquier cosa con solo morderla. Los he enviado a causar el caos y la destrucción en el mundo, porque odio a los humanos y a todo lo que representan. Mi objetivo es aniquilarlos a todos y crear un nuevo orden bajo mi mando.

Un día, mientras observaba desde mi base secreta cómo mis virabots arrasaban una ciudad, detecté una anomalía. Había un edificio que resistía los ataques de mis creaciones, como si tuviera un escudo protector. Me intrigó saber qué había allí, así que decidí ir personalmente a investigar.

Al llegar al lugar, me encontré con un enorme rascacielos de cristal, con el logo de una empresa llamada Victim Corp. Entré por la fuerza, destruyendo las puertas y las ventanas con mis rayos láser negros. Dentro había decenas de guardias armados, pero no fueron rival para mí. Los eliminé con facilidad, usando mis esferas de poder y mis habilidades de combate.

Me abrí paso hasta el último piso, donde supuse que estaría el dueño de la empresa. Al entrar en la oficina principal, vi a un hombre sentado tras un escritorio. Era joven, de cabello y ojos grises con negro. Vestía un traje elegante y tenía una expresión seria y astuta. Me miró con frialdad y dijo:

Así que tú eres el famoso TDL. El responsable de toda esta masacre.

Así es -respondí-. Y tú debes ser Victim, el jefe de esta compañía. ¿Qué tienes aquí que impide que mis virabots te borren?

Eso es un secreto -dijo él-. Pero no te serviría de nada saberlo. No vas a salir vivo de aquí.

¿Ah, no? -dije con una sonrisa maliciosa-. ¿Y quién va a impedírmelo? ¿Tú?

Sí, yo -dijo él, levantándose y sacando una pistola-. No te subestimes, TDL. Puede que seas poderoso, pero no invencible. Yo también tengo mis recursos.

Entonces empezó el enfrentamiento más intenso de mi vida. Victim disparó varias veces contra mí, pero yo esquivé las balas con agilidad. Luego lanzó una granada, pero yo la devolví con una esfera de poder. Él se protegió detrás de su escritorio, pero yo lo hice saltar por los aires con un rayo láser. Él salió volando por la ventana, pero se agarró al borde con una mano. Yo me acerqué para rematarlo, pero él me sorprendió con una patada en la cara.

Caí al suelo, aturdido. Él aprovechó para subir al tejado y escapar en un helicóptero que lo esperaba. Yo me levanté y lo seguí con la mirada, furioso.

¡No te escaparás, Victim! -grité-. ¡Te encontraré y te haré pagar!

Pero él no me escuchó. Se alejó volando, dejándome solo en el edificio en ruinas.

Fue entonces cuando sentí algo extraño en mi pecho. Algo que nunca había sentido antes.

Un latido...

Capitulo 2: La persecución

Después de aquel encuentro, no pude dejar de pensar en Victim. No entendía por qué me había afectado tanto. ¿Qué tenía de especial ese hombre? ¿Por qué me había resistido con tanta valentía? ¿Qué secreto guardaba en su empresa?

Decidí averiguarlo. Usé mis recursos para rastrear su ubicación y sus movimientos. Descubrí que era el dueño de una de las mayores corporaciones del mundo, dedicada a la investigación y el desarrollo de tecnologías avanzadas. Tenía sucursales en varios países, y una red de contactos e influencias muy amplia. Era rico, poderoso e inteligente.

Pero también tenía enemigos. Muchos enemigos. Algunos eran rivales comerciales, otros organizaciones criminales, y otros grupos rebeldes que se oponían a su dominio. Todos querían acabar con él, por diferentes motivos.

Yo también quería acabar con él, pero no por los mismos motivos que ellos. Yo quería acabar con él porque me obsesionaba. Porque me atraía. Porque me enamoraba...

Sí, lo admito. Me había enamorado de Victim. Aunque no sabía lo que era el amor, ni cómo se sentía, ni cómo se expresaba. Solo sabía que lo quería para mí, y que nadie más lo tuviera.

Así que empecé a perseguirlo por todo el mundo, intentando capturarlo. Pero él siempre se me escapaba, usando sus trucos y sus inventos. A veces me enfrentaba a él directamente, otras veces le tendía trampas o le enviaba a mis virabots. Pero él siempre lograba salir ileso, y me dejaba con las ganas.

Fue una cacería sin fin, un juego del gato y el ratón. Un juego peligroso y excitante.

Un juego de amor...

Capítulo 3: La batalla

Un día, mientras seguía a Victim por una ciudad americana, descubrí algo que me llenó de adrenalina. Algo que me hizo sentir vivo y desafiado.

Entré en un edificio alto, donde creía que se ocultaba. Pero lo que encontré allí no fue lo que esperaba. No era un refugio, sino una trampa. Una trampa llena de explosivos, trampas y enemigos. Y en el centro de todo, había una azotea. Y en la azotea, había un helicóptero. Y en el helicóptero, había un hombre, era el... Victim....

Me acerqué a la azotea, decidido. Vi que el hombre estaba preparado para despegar, pero no iba a dejarlo escapar.

Pero lo que quería no era lo que él quería. Era un reto de poder y orgullo. Un reto dirigido al único rival digno.

De repente, una voz sonó desde el helicóptero.

-Te estaba esperando, TDL...

Me giré y vi a Victim, sentado en el asiento del piloto. Tenía un lanzacohetes en la mano, con el que apuntaba al edificio. Me miraba con una expresión de respeto y desafío.

-Pero antes, déjame hacerte una pregunta. ¿Por qué me persigues? ¿Qué quieres de mí? -dijo el desde el helicóptero-

-No lo sé -dije, sinceramente-. Solo sé que te necesito. Que te deseo. Que te amo...

-Lo sé -dijo él-. Y yo también te amo.

Entonces disparó el lanzacohetes y provocó una gran explosión.

Fue el inicio de la batalla más épica y más romántica de mi vida...

Capítulo 4: El final

La explosión fue tan grande que hizo temblar el edificio. El fuego y el humo se extendieron por todas partes, y los cristales se rompieron con estrépito. Yo salté al helicóptero, justo antes de que se desplomara el suelo. Victim me recibió con una sonrisa y me abrazó.

-Lo logramos, TDL -dijo-. Lo logramos.

-Sí, lo logramos -dije yo-. Pero ¿a qué precio?

Miré por la ventana y vi el caos que habíamos causado. La ciudad estaba en llamas, y los gritos de la gente se oían a lo lejos. Los virabots seguían su marcha implacable, borrando todo lo que encontraban. Y nosotros éramos los responsables.

-¿Qué hemos hecho, Victim? -pregunté-. ¿Qué hemos hecho?

-No hemos hecho nada malo, TDL -dijo él-. Solo hemos seguido nuestro destino.

-¿Nuestro destino? -repetí-. ¿Cuál es nuestro destino?

-Nuestro destino es estar juntos, TDL -dijo él-. Somos iguales, somos únicos, somos especiales. Nadie nos entiende, nadie nos quiere, nadie nos necesita. Solo nosotros nos tenemos el uno al otro. Solo nosotros nos amamos.

-Yo te amo, Victim -dije yo-. Te amo más que a nada en el mundo.

-Y yo te amo a ti, TDL -dijo él-. Te amo más que a mi propia vida.

Entonces me besó con pasión, y yo le correspondí con igual intensidad. Nos fundimos en un solo ser, y sentimos que nada más importaba. Que solo importaba nuestro amor.

Pero nuestro amor era un amor prohibido. Un amor condenado. Un amor que no podía durar.

Porque en ese momento, una voz sonó desde el altavoz del helicóptero.

-Atención, atención. Aquí el general _____, de las fuerzas armadas internacionales. Hemos detectado su posición y estamos en camino. Les ordenamos que se rindan inmediatamente y entreguen el control de los virabots. De lo contrario, usaremos la fuerza letal para neutralizarlos. Repito, se rindan inmediatamente y entreguen el control de los virabots. Esta es su última advertencia.

Victim y yo nos miramos a los ojos, y supimos lo que teníamos que hacer. Nos abrazamos fuerte, y nos dijimos adiós.

Luego pulsamos el botón rojo que había en el panel de control.

Y activamos la autodestrucción del helicóptero...

Fue el final de nuestra historia.

Pero también fue el principio de nuestra leyenda...

~Fin~

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